La obra de Juan Ramón Jiménez (1881-1958), inseparable de su vida, no conoce fronteras rígidas entre el verso y la prosa, nacidos de esa única fuente de inspiración «que mana y corre». Platero y yo manifiesta esa indiferenciación básica a lo largo de las ciento treinta y ocho estampas del texto, un clásico de la literatura castellana desde su primera edición completa en 1917. La realidad cotidiana, desnuda de todo prosaísmo, queda elevada a su pura esencia lírica en estas pinceladas breves y cuidadosamente depuradas.